Abraham Arvelo: Capítulo IX. La Radio

11.03 de la mañana, seguimos en Onda 9, 101.5 FM, una mañana más, acompañándote con la mejor música para intentar alegrar éste otoño frío y compartir felicitaciones, sorpresas, dedicatorias especiales, lo que quieras… hagas lo que hagas, nos interesa conocer tu historia, tu canción favorita, tú eres “Parte de la historia” y éste es tu programa…

(Suena la cabecera del programa).

Tenemos al otro lado del teléfono a Martín, buenos días, ¿qué nos quieres contar?
- Hola ¿qué tal? buenos días. Llamaba para dedicar una canción.
- Porque, Martín, según tengo entendido, quiere hacer una dedicatoria, un tanto peculiar
- Sí, bueno… en realidad también es por apoyar a un músico que tocó ayer para un grupo de amigos en una terraza.
-Eso me apuntaba mi compañera, pero para que decidas dedicarle la canción al Músico, ¿qué pasó? normalmente es al revés…
- Sí, la verdad – más relajado- Lo multaron, le requisaron los instrumentos y finalmente se lo llevaron… y vamos, que lo único que hizo fue tocar, muy bien por cierto, y todo mal con la Guardia Urbana… el chico llorando… me pareció muy injusto
- Pero, normalmente, esto no ocurre ¿verdad?
- Yo la verdad es que no tengo ni idea, alguna vez, sí que visto cosas parecidas, pero nunca tan de cerca. Éramos los clientes los que teníamos una fiesta montada, la verdad es que nos animó bastante, el tío tocaba súper bien…
-¿Y qué pasó?
- Que, de repente, apareció un Guardia Urbana y le dijo de malas formas que se fuera… no estaba molestando a nadie, al contrario, no sólo con la música, sino hablando con nosotros, hasta le pregunté el grupo de la canción que tocó… todo muy normal, muy agradable…
-Y al decirle eso el agente –interrumpe- por lo visto, se revolvió y se armó una trifulca… ¿es así?
-Pues sí… y claro al ver el rollo, todos nos callamos y no le defendimos, ni le dijimos nada al agente. No molestaba y nadie hizo por quejarse… ¿qué hay de delito por hacer música, sin molestar, a las 20.30h? Es ridículo. Y encima le ponen una multa y le requisan la guitarra… es como si a mí me quitan mi caja de herramientas… no puedo trabajar y sigo teniendo que comer y pagar el alquiler, el coche… era muy injusto y por eso reaccionó mal…
- Y cuentas que los agentes terminaron arrestando al músico, ¿verdad?
- Sí, como si fuera un delincuente. Es verdad que dio algún golpe de rabia en la mesa, pero no hacia la Policía. Digamos que se defendió, lo que haría cualquiera si te tiran al suelo.
-Sorprende muchísimo tu historia, nos gustaría que nos llamaran músicos de la calle o artistas y que nos contaran, si este tipo de situaciones se suelen dar, su experiencia… porque lo que sí está claro, Martín, es que los músicos de la calle dan un color especial y encanto a las ciudades, unos con más fortuna que otros. Requisarles el instrumento, multarles… me parece desproporcionado. Por eso llamas, ¿verdad?
- Por eso y para que, al menos, dedicarle la misma canción que tocó para nosotros. Así rendirle un pequeño homenaje y denunciar la situación.
- Muy bien Martín, ¿y cual es ese tema?

(Silencio)

-Sí… ¿Martín? Parece q perdimos la conexión, compañeros… ¿lo tenemos? ¿sí? Vamos a intentar recuperar la conexión – ralentizando el ritmo de la narración- con nuestro amigo Martín, que nos ha contado una historia sorprendente y que, tal vez, abre el debate sobre las manifestaciones artísticas de la calle, su problemática… ¿Martín? ¿No? Bueno… seguimos intentado volver a comunicar con nuestro amigo y, en lo que recuperamos esa conexión, les dejamos con un clásico de la música en la calle, de músicos que trabajan a cambio de unas monedas, por y para la música. Un clásico de los 70, suena Eagles y su Hotel California.