La orilla

Son dos caminos muy claros, yo, sólo pude elegir uno y dejar el miedo anclado a la escalera. Nunca encontré términos medios y, por eso, te pude ver enterita con tus matices, envuelta en letra a mitad de medio trayecto.

Sonaste por mí en los minutajes del día, me vi perdido en los recorridos precisos de la ruta de vuelta, en el nudo del trabajo, en el acto de despertar súbitamente y buscarte. Suena música dentro, la palpo entre el agua sacudiendo la cara, así despierto.

Noir Désir - Le Vent Nous Portera

Hay viento cuando llego y banderas sacudiendo el rojo de la marea alta. Los sueños sumergidos, discretos, brotan de la espuma entre las piedras, repitiendo los mismos acordes de un beso. ¿Qué puedo decir? Te amé.

Nunca supe de términos medios y por eso me perdí entero. Poco importa el sabor de las olas, tu sabor, si no vuelca el estómago al entonar una caricia. Las tuyas, cuando llegan, lo hacen tan precisas que el mismísimo silencio termina siendo un amigo y el tiempo duerme, plácido, entre las rocas. A estas alturas, ya no necesito brújulas para olvidar el Norte.

En un par de ocasiones me llevaste hasta el mar, como hoy, pero no lo sabes. Espero que este mensaje sin botella vacía, termine por hacerte aparecer en la misma orilla y por esta vez, que sea la misma donde me encuentro, sin prisa, mirándote en recuerdos.

Hasta pronto.