Despertamos el año. Duerme a esta hora pero, en poco tiempo, empieza a sonar con el estruendo de siempre y más ilusiones de nunca (que no se diga que no hay un niño dentro de ti con ganas de gritar: ¡Felicidadeeees! al tiempo emites sonidos y abrazas a tus seres queridos). Que brindes, en lo oportuno, y sueñes con los ojos abiertos.
Si no lo hay, búscalo, usa la ocasión para que vuelva el niño que llevas dentro. Ofrece un trato: tenerlo cerca para ciertos momentos, un rato cada día... ese puede ser un buen deseo.
Que se quede de visita cuando estés por casa, cuando hablas con tus sobrinos o el jefe pase la frontera de la puerta... pero que vuelva un rato al día. Que pienses en alguna pillería y juegues con tu amigo de siempre a verse las caras entre vasos de vino. Que brindes, en lo oportuno, y sueñes con los ojos abiertos.
Que tengas tiempo de tener tiempo y uses, cada día, a dedicar un merecido homenaje por cada lucha que emprendas. Que te sientas ganador por batallar, pelear, mantenerte en pie y levantarte cuando caigan tus rodillas... te deseo fuerza, impulso y ganas de encontrar el momento para disfrutar de la victoria.
Que ames, como hasta ahora, para siempre y para siempre te amen cada día.
Que encuentres el turno de respuestas y la luz sepa curarte. Que toques su piel y la huelas, que sientas su mano y la abraces, que encuentres sin buscar el acierto de hacer el camino por inercia.
Ahora que estoy despierto...
Que brindes, en lo oportuno, y sueñes con los ojos abiertos.
A todos... Feliz año 2014
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