Perdón por la tristeza pero es culpa de un sonido en la casa que entiendo y acepto.
Oigo su pesar y desconsuelo como propio. Veo mis guitarras con una lágrima apuntando al cielo y me preguntan, como otras veces, si voy a calmar su tormenta con mis tres acordes... ojalá, pienso.
Hoy, las noticias cuentan que ha fallecido Paco de Lucía. Se fue un maestro pero queda su gran legado musical... nos queda una certeza: siempre estará cerca.
Pero no hay día 29 de cualquier mes, que no recuerde a mi Paco de Lucía particular, mi tío. Sólo le pude dedicar silencio, canciones, la promesa de seguir luchando y cantando... "batallando", diría él.
Especialmente vino un momento: aquella vez que apuntó -en la trasera antigua Quiniela de fútbol- esos primeros acordes con los que empecé a amar la música y a tocar. Por sonar en la escalera entre notas de "India y bella mezcla", una canción de Sabina, un bolero y terminar hablando -en un natural eclecticismo- de un maestro de la guitarra llamado Paco de Lucía... ahora entiendo mejor la pena.
Disculpa, por tanto, que mis palabras sean para expresar el luto que siento y salga la voz de las cuerdas en un nudo. Disculpa que acerque el sonido de la casa triste y no abra las ventanas por un rato. Que comparta por fuera que hoy pierdo por dentro y sienta mis latidos mientras escribo... los recuerdos hacen el resto.
Batallando, inevitablemente, se repite un mensaje:
Oigo su pesar y desconsuelo como propio. Veo mis guitarras con una lágrima apuntando al cielo y me preguntan, como otras veces, si voy a calmar su tormenta con mis tres acordes... ojalá, pienso.
Hoy, las noticias cuentan que ha fallecido Paco de Lucía. Se fue un maestro pero queda su gran legado musical... nos queda una certeza: siempre estará cerca.
Descanse en paz, maestro.
En mi recuerdo
Pero no hay día 29 de cualquier mes, que no recuerde a mi Paco de Lucía particular, mi tío. Sólo le pude dedicar silencio, canciones, la promesa de seguir luchando y cantando... "batallando", diría él.
Especialmente vino un momento: aquella vez que apuntó -en la trasera antigua Quiniela de fútbol- esos primeros acordes con los que empecé a amar la música y a tocar. Por sonar en la escalera entre notas de "India y bella mezcla", una canción de Sabina, un bolero y terminar hablando -en un natural eclecticismo- de un maestro de la guitarra llamado Paco de Lucía... ahora entiendo mejor la pena.
Disculpa, por tanto, que mis palabras sean para expresar el luto que siento y salga la voz de las cuerdas en un nudo. Disculpa que acerque el sonido de la casa triste y no abra las ventanas por un rato. Que comparta por fuera que hoy pierdo por dentro y sienta mis latidos mientras escribo... los recuerdos hacen el resto.
Batallando, inevitablemente, se repite un mensaje:
Siempre estarás cerca.
En memoria de Evelio Arvelo.
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