26/3/14
No hay cielo prohibido
El cielo existe, sin duda. Que le pregunten a los que cumplen sus sueños, a los que aman y son amados. Los que alcanzan sus metas, los que llegan a la cumbre sin bandera y plasman el horizonte en una fotografía irrepetible.
El cielo no entiende de normas, paredes, puertas, discursos, sotanas, púlpitos, decoraciones de oro... posiblemente tampoco entienda de altura.
Pero si quieres pensar que hay un paraíso y eternamente tu alma vivirá en él, lo respeto. Te deseo que encuentres el camino de la bondad, la aceptación y el amor hacia el ser humano (independientemente de ser un pecador, blasfemo o no practicante... como yo). Loable tu sueño, te deseo un buen vuelo.
Que, en ese camino, aprendas a respetar (como eje del verdadero amor) y permitas en tu discurso que, otro ser humano, proteja la vida con métodos de prevención de embarazo... que no condenes a quien no puede mantener una vida más en su vida y no juzgues a quien sufre una violación.
Que des libertad a la mujer y equidad de derechos sobre su cuerpo. Que la mujer trabajadora pueda decidir en qué momento detiene su carrera profesional para agrandar su mesa. Que la planificación familiar no sea motivo de visita al infierno o de alianza con el demonio... y que los plazos de gestación no se confundan con la vida de un ser humano.
Prometí no hablar de política -quise decir- de religión...
¿quién decide si hay un cielo prohibido?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario